De nuevo, había sucedido de nuevo. Las lagrimas estaban por brotar de mis ojos, me decía a mi mismo que debía soportar hasta llegar a casa, no quería romper en llanto en medio de tantas personas en el parque. Lluegué a casa, tire mi mochila al suelo y me tire a la cama, me sentía totalmente destrozado, por qué me tuvo que haber terminado sin darme ninguna explicación. Mis lagrimas no dejaban de salir una tras otra.
Esa misma tarde horas antes
-Mike! Hola Cariño!-Le dije a mi novio Mike
-Raul, ya te dije que no me llames así en lugares publicos-Se notaba claramente molesto- y menos que lo grites.
-Esta bien, lo siento. ¿Qué querías hablar conmigo?
-Veras... Mejor vayamos a un mejor lugar. ¿Qué te parece si vamos por un helado?
-Esta bien, me parece-Le dije con una sonrisa en los labios
Fuimos a la heladería mas cercana, me invitó a un helado de fresa. Nos sentamos en una de las mesas.
-Raul, he querido hablar contigo sobre algo hace algunos días.
-Si, dime. Soy todo oidos para ti.
-La verdad es que ultimamente no me he sentido bien respecto a nuestra relación.-Mi corazón se detuvo por un momento, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.- Creo que debemos terminar, esto no esta funcionando. ¿Raul me estas escuchando?
Me tarde unos segundos en reaccionar, estaba en shock. Estaba petrificado. No podía creer las palabras que salían de su boca, de esa boca que días antes besaba como si no hubiera mañana.
-Si, te escuché, pero no entiendo a que te refieres con que lo nuestro no esta funcionando. Yo te quiero demasiado Mike, llevamos meses saliendo. Algo pasó estos días para que pensarás eso. No puede ser cierto, No. Por favor dime que todo esto es una broma cruel.-Mis ojos se empezaban a humedecer como pronosticando un diluvio. Mike estaba muy incomodo con la situación, lo podía notar por como se comportaba.
-Mira sé que es algo difícil de aceptar, pero tienes que entender que ya no siento lo mismo que sentía por ti. Las cosas cambiaron.
-¡¿Qué cambió? Dime, Dime ¿Qué cambio?!-El enojo y la ira mezclados con tristeza se notaban en mi voz marchita.
-Intenté sentir lo mismo que tu sentías por mi, creeme en serio lo intente; pero no pude.
-Pero, ¿Desde cuándo te diste cuenta de esto?
-Desde la primera vez que salimos-Me quedé helado
-Pero, tu me tratabas de una manera linda cuando salíamos. ¿Qué a caso todo eso no fue real?!!-creo que ya estaba elevando un poco mi tono porque las personas empezaban a observarnos.
-Lo siento Raul, creo que solo lo hice porque todos necesitamos que alguien nos ame. Creí que podría sentir lo mismo que tu sentías por mi. Pero sinceramente esos sentimientos no surgieron en mi. Me odio por no sentir nada a veces.
Me corazón se había hecho pedazos con eso último que dijo. Simplemente me destrozó.
-¡Eres un hijo de P... No quiero saber nada más de ti.!-Me levanté de la silla, le arrojé en la cara el helado que me había comprado, se veía muy sorprendido por mi actitud, creo que no se esperaba que reacionará así. Empece a caminar hacia afuera.
-¡Raul espera! No quiero que terminemos así. Podemos ser amigos. Tu me agradas mucho.-Me lo dijo con una sonrisa timida en sus labios. Me cabreo aun mas, porque no se veía dolido ni nada por el estilo.
-¡Por mi te puedes ir al carajo! Parece que no fui quien pensaba para ti. -Salí de la heladería no sin antes mostrarle el dedo de en medio. Entonces empece a correr, huyendo de ese lugar y de él.
Estaba realmente enojado, ¿Por qué no me lo dijo antes? Nos habríamos evitado tantos problemas. Creo que la manera en que reaccione no fue la mejor, pero me sentía destrozado y quería que alguien pagará y sufriera. Quería dañar a quien me daño.
Estoy tirado en mi cama llorando mientras abrazo la almohada y deseo con todas mis fuerzas nunca haberlo conocido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario